En el Día de los Muertos la tradición cuenta que, a los suculentos platillos mexicanos, no renuncian ni los difuntos. Ellos que están lejos del mundo y sus placeres también quieren paladear su comida favorita y dar sorbitos a su café con canela y piloncillo, pozol o pulque, aunque sea una vez al año, pues no hay nostalgia más grande que la comida.
En comer con los muertos, ALESSANDRO LUPO de la Academia Mexicana de la Historia dice que la muerte se presenta como suceso de la más profunda reflexión. “¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Existe otra vida después de ésta? Pero también se burlan de la muerte, juegan con ella y se la comen virtualmente convertida en dulces de azúcar; se dice incluso que en México hasta la muerte es dulce” señala el investigador.
A los muertos se les atribuye el poder de intervenir ante la divinidad para que en la tierra haya lluvia, fertilidad y siga creciendo el teocintle o maíz silvestre, alimento producto de la ingeniería genética de los indígenas y base de la alimentación del mexicano.Según el Museo Nacional de las Culturas Populares en México se han registrado 605 recetas a base de maíz, como taco, tortilla, tlacoyo, tostada y tamal, entre otros.
El día de los muertos es una celebración milenaria, con más de 3 mil años, que mantienen viva 41 etnias, cuyas costumbres son tan diversas como sus platillos regionales. Sin embargo, tienen en común el maíz, el alimento presente en los altares en forma de mazorca o a través de los platillos como tortillas, tamales, sin olvidar las bebidas como el pulque, el pozol o chorote, y Tesgüino. Otros alimentos también presentes en los altares son mole, cerveza, café de olla, frutas y dulces mexicanos y calaveras de dulce.
El mole vocablo náhuatl mulli, significa salsa y es por excelencia la salsa más mexicana. Se prepara con una gran cantidad de ingredientes, principalmente chiles como chile pasilla, chile mulato, chipotles, moritas, chile ancho. Ajonjolín, avellanas, almendras, ajo, cebolla, pimientas gordas, clavos de olor, cacahuate, pepita pelada, uvas pasas, canela delgada, piloncillo, anís, chocolate amargo y plátano macho.
Otro popular platillo colocado en los altares es el tamal. Tamal viene del náhualtl tamalli, que significa envuelto es un alimento a base de maíz que se usaba en rituales religiosos, ofrendas y tumbas. Su preparación es muy versátil, más de 500 recetas toda vez que hay cantidad de salsas como: la verde, roja, macha, pico de gallo, borracha, de molcajete, de chipotle, de chile habanero, de chile morita, ranchera, de cacahuate. El tamal conquista paladares mas allá de las fronteras mexicanas.
Pozolo chorote - bebida a base de maíz y cacao que se coloca en un jarro de barro es una de las bebidas fermentadas más importante del México prehispánico que se sigue consumiendo durante las festividades y ceremonias como el Día de Muertos en el sureste de México entre los indígenas chontales, choles lacandones, mayas y más.
El pulque conocido como el néctar de los dioses, es una bebida fermentada cuyo nombre proviene del náhuatl puliuhqui que significa ‘corromperse'. Era una bebida muy popular y no falta en los altares de varias regiones de México
Las Calaveras de azúcar cuenta la tradición que los aztecas decoraban sus ofrendas con figuras hechas con amaranto y pastas comestibles pero cada región tiene una forma distinta de elaborarlas. Estas se han popularizado tanto en Estados Unidos como en Europa y se usa para simbolizar el día de los muertos.
Así, en su día, los muertos regresan a una fiesta de sabores y olores que se convierte en una comunión con sus parientes vivos.